Aquí estoy, delante del ordenador. No se si es la falta de sueño, el exceso de alcohol de anoche o la emoción que sentí ayer pero lo único que pienso es… ¿porque coño me metería yo en el lío de escribir una crónica?. Pero bueno, prometí hacerlo y aquí va.
Acompañado de mi sobrina Lorena, otra loca rockera, nos acercamos al Gruta 77 para ver en directo a Pan de Higo acompañados de Kain Tubal.
Gracias a internet y a través de facebook, pude tener contacto con Pilar, cantante de Pan de Higo, con la que quedé en vernos y así poder conocerles. Pues nada más llegar a la puerta allí estaba. La saludé y ella sonriendo me dio dos besos. Estuvimos charlando un rato y le pedí hacerme una foto con ella. Pilar me ofreció hacérnosla con todo el grupo. Así que cogimos y nos fuimos para adentro. En ese momento me sentí como un niño. Un niño que se despierta el día de reyes y va hacia donde sabe que están sus regalos. Joder, que me temblaban las manos y todo. Allí me saludaron el resto de componentes y Marc, la otra voz y una de las guitarras del grupo, me dijo: ¡Hombre Iván, tu eras el que querías la púa, ¿no?. Pues en cuanto termine el concierto de la doy!.
Creo que abrí tanto los ojos que casi se me caen al suelo.
A partir de ahí la locura total. Nos hicimos la foto, estuvimos charlando, me firmaron una camiseta todos los componentes de Pan de Higo con unas dedicatorias cojonudas, Pilar nos regaló unas chapas del grupo… vamos, yo estaba flipando. Pero antes de que empezara a sonar la música se acercó de nuevo a mi Pilar para presentarme a un amigo suyo, cuando veo que es Toño Tone, bajista del grupo Sonotones. Buena gente, y claro, charla y foto, como no. Ya os digo, alucinante, joder si resulta que hasta el camarero era el cantante de un grupo, Los Madres.
Y es lo que tiene ir a los conciertos, que aparte de oír las canciones que te gustan en directo, tienes la posibilidad de hablar y conocer a esas personas que te hacen sentir tantas cosas a través de sus letras y su música.
Tratando de digerir todo lo que había pasado hasta ese momento me saca de mis pensamientos un sonido brutal. Un grupo que hasta ese día no los había oído nunca, pero que me impresionaron mucho. Eran Kain Tubal tocando temas de su trabajo “Un grito al silencio”.
De verdad os lo digo, no perdáis ni un segundo más y poneros a buscar su disco. Merece la pena oírles. Sonido duro acompañado de unas letras muy curradas, que dan canciones tremendas como Atraviesame, Sin corazón, Preludio o Memoria, canción esta última dedicada a la memoria de nuestros abuelos que como ellos mismos dicen en su disco “vivieron momentos que nadie debería vivir y por ello no podemos olvidar”.
Se me hizo muy corto el rato que estuvieron sobre el escenario, me quede con ganas de oírles más, por eso aproveché para comprarles su disco y ya que tenía oportunidad llevármelo firmado por todos ellos. Además de, cosa rara en esta noche, hacerme junto con mi sobrina, una foto con ellos. Gracias a Kain Tubal de corazón. Gracias Kurro por las camisetas y la púa.
Y con otra cerveza en la mano, espero a que aparezcan sobre el escenario Pan de Higo, presentando en Madrid su tercer disco “La vergüenza de los zotes”. Que decir de este trabajo. No hay adjetivos suficientes. Después de oír sus trabajos anteriores, “Enemigos del silencio” y “Soliloquios y mandangas”, escuchas este tercer disco y sólo te sale una palabra. La misma que con los dos anteriores: Gracias.
Si no tienes estos tres discos en tu casa, creedme, no estáis disfrutando al máximo del mundo de la música. El día que empiezas a oírlos, sólo te preocupa no terminar rayándolos de tanto ponerlos.
Y ahí aparecen sobre el escenario. Con su tema “Menos cuatro” en el que empezamos a disfrutar con esos acordes y ese contraste de voces. Pilar con su tremenda y dulce voz, y Marc con esa voz tan dura que parece, como le dije después tomando una cerveza con él, que desayuna cristales. Realmente impresionantes.
Después continúan con un tema que a mi particularmente es de los que más me gustan “Sal en el lagrimal”. Y es ya tanto el disfrute que tenemos tanto público como ellos sobre el escenario que pasados unos temas Marc pide un taburete para sentarse y tocar algo “de una forma más intima”. Eres un crack.
Una tras otra van cayendo las canciones de ese tercer disco, “Remordimientos pasajeros”, “Suéltame el bozal”, “Venas de paja”, “La calma de tu candil” y por supuesto la que le da título “Las vergüenzas de los zotes” entre otras.
Pero eso no es todo, ni mucho menos. Para deleite de los que allí estábamos también tocan canciones de sus anteriores trabajos. Una en especial que realmente me impresionó poder oírla en directo y que de verdad os pido que escuchéis. Es de su disco “Enemigos del silencio” y la canción se llama “¿Que vas a hacer con tu piel?”. Tremenda.
Y ya terminando el concierto, nada más y nada menos que “Cuando oigo un rocanrol”. En esta canción terminé de romperme la voz. Si, porque tenían que oírme cantarla mis amigas de Tarragona (Mery, Maribel, Karmen, Monika y July) además de otra mucha gente que tenía en mis pensamientos. Personas que “solemos sentirnos bien cuando oímos un rocanrol “ porque “no podemos pintar de otro color nuestro corazón”.
Y como dicen en esa canción “nos tienen que escuchar, pues el rock no hay quien lo mate. Y quien quiera que venga, siempre habrá un perro que ladre”.
Espero que a Pan de Higo les queden muchos ladridos.
“Quien da más” fue la puntilla a un concierto estupendo. Si por mi, y por todos los que estábamos allí hubiera sido, habríamos pedido que siguieran dos o tres horas más.
Después del concierto, más cervezas y más conversación con el grupo, aparte de las púas de Marc y Rafa firmadas. Para mi fue un orgullo y un privilegio poder estar con ellos. Ver que como músicos son excepcionales pero que como personas no tienen precio. Ya eran grandes, ahora son enormes. Si esto fuera una redacción y tuviera que escribir dos mil palabras, no se cuantas llevaría ahora mismo, pero si se que hasta llegar a esa cifra sólo podría escribir una y otra vez gracias, gracias, gracias….
Cuando ya salía del Gruta 77 para irme a casa, y ya en la calle, me llama Julio, el bajista de Pan de Higo, para que me acerque a ellos y nos volvamos a despedir una vez más dándonos unos abrazos.
Todo esto hace, que como dice el título de esta crónica, jamás olvidaré … aquella noche con Pan de Higo…
¡¡ GRACIAS !!
- Iván Trece -
Esta cronica fue enviada por Ivan Trece a nuestro correo solorockymetalenespanol@yahoo.com y desde aqui querria darle las gracias por su colaboracion.
martes, 22 de junio de 2010
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Ivan estupenda crónica.Te doy las fracias por ello, esta estupenda
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